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Historia de Villapalacios. Documentos.

 

«Por un pueblo libre de impurezas materiales y espirituales». Bando sobre higiene pública de 1958

El alcalde Robustiano Rodríguez pidió a sus vecinos que respetaran las normas de convivencia para conseguir que Villapalacios fuera un «pueblo ejemplar». Algunas de las normas, como barrer cada uno la puerta de su casa, se mantienen en la actualidad

 

pilon

Tres jóvenes cogen agua en el pilón de la Plaza Mayor en una imagen de
finales de los años 50, coincidiendo con el bando promulgado por el Ayuntamiento.

 


rojo A mediados del XX los efectos económicos negativos de la Guerra Civil comienzan a desaparecer en Villapalacios y la localidad vive un auge demográfico que le lleva a alcanzar las cifras más altas de población de toda su historia; un tema que analizaremos en otro capítulo de esta web. El alto número de personas que viven en estos momentos en Villapalacios ocasionan problemas de abastecimiento y de salubridad. Es por esto que Robustiano Rodríguez Resta, que había tomado posesión como alcalde el 15 de octubre de 1957, realiza el primer día del año siguiente, un bando municipal a principios del año siguiente, sobre higiene pública en el que pide a sus vecinos colaboración plena.

El agua había llegado a la población en 1925, cuando el 15 de junio de ese año se inauguró el pilón en la por entonces llamada Plaza Pública, hoy Plaza Mayor. Pero hay que recordar que este elemento fundamental para la vida no llegó hasta las casas hasta medio siglo después, a mitad de los años setenta del siglo pasado. Y, por lo tanto, las fuentes eran de uso compartido y que el tema higiénico era un tema comunitario. El alcalde Robustiano Rodríguez no dudó en apelar al «espíritu cívico» de sus vecinos y, de forma muy sutil, les amenaza, en caso de no cumplir, con sanciones a los «contraventores».
El empeño del alcalde es que Villapalacios sea un «un pueblo limpio de impurezas materiales y morales adonde las virtudes superen a los egoísmos», mezclando recomendaciones de salud pública, religiosidad y moralidad, acordes con las normas del régimen franquista del momento.

El efecto del bando de Robustiano Rodríguez fue grande y algunas de las recomendaciones que se hicieron en este bando siguen vivas. A diario son muchas las mujeres que barren y friegan la puerta de su casa en Villapalacios, tal y como se pedía en 1958.

 

 

Bando municipal sobre higiene pública (1958)
Archivo Municipal de Villapalacios

Alcaldía de Villapalacios.

En este Año Nuevo de 1.958, y recién posesionado de la alcaldía quiero que llegue a todos mis convecinos mi cordial y sincera felicitación, unida al deseo de que el año que empieza sea para todos próspero y feliz, para lo cual debemos esforzarnos en merecer del Todopoderoso sus bendiciones, que no nos negará si nuestra conducta es como corresponde a un pueblo cristiano y laborioso.

Al propio tiempo quiero pediros vuestra colaboración para que nuestro pueblo se convierta en un pueblo ejemplar y puedan tomarlo como modelo los demás; para ello es necesario, entre otras cosas, que nuestras calles y plazas cambien su fisonomía cuidando cada uno de que su trozo sea el más limpio, no arrojando agua ni otras suciedades que produzcan un estado tan lamentable como el que actualmente presentan. Bien es verdad que por la falta de alcantarillado y pavimentación no pueden tener las calles el aspecto que para ellas deseamos, pero mientras se solucionan ambas cosas, para lo cual está muy interesado este Ayuntamiento, pueden con la buena voluntad del vecindario, si no quedar perfectas por lo menos limpias.

Tanto como la limpieza de calles, os encarezco evitéis la utilización de las fuentes públicas para usos indebidos, tales como fregar en ellas recipientes domésticos ni cualquier otra cosa que contribuya a ensuciar las aguas.

Asimismo, debe evitarse que en las afueras de la población dejéis estiércol u otras inmundicias, que además de lo que afean al extrarradio son tan antihigiénicas y de mal gusto.

Para lograr los fines que se enumeran y cuantos se planteen en el orden de la higiene, la moral y el embellecimiento del pueblo, me gustaría bastase esta recomendación y por ello apelo a vuestro espíritu cívico, que unido a un mínimo esfuerzo daría los resultados apetecidos.

No lo dudo que así lo haréis y mi satisfacción sería no tener que utilizar medidas coercitivas para lograrlo, pero si a pesar de todo y contra el bien de la comunidad alguien se opusiera a los elevados fines que se pretenden, esta Alcaldía consciente de su deber se vería en la necesidad de sancionar a los contraventores.

Para evitarlo comportaros como espero y en un esfuerzo común hagamos del nuestro un pueblo limpio de impurezas materiales y morales adonde las virtudes superen a los egoísmos para poder llamarnos con satisfacción dignos hijos de él y de España.

Villapalacios primero de enero de 1958.
EL ALCALDE












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